Si no lo he dicho en entradas anteriores, seguramente lo diré en los próximos, la televisión española es un auténtico asco.
No me extraña que en España haya un índice de lectura más alto que en cualquier país de Latinoamérica.
Una muestra horrible de los espectáculos que se chutan los televidentes ibéricos lo puede usted mirar aquí.
No me extraña tampoco que el consumo de hachiss marroquí entre la juventud española crezca año con año.
Sin embargo, empero, permítame tantito, espera, espera, aguado, trankis, wotz, ya lo decía aquel profeta chilango del siglo XXI (no el hospital), hasta en medio de la mierda más olorosa puedes oler una rosa: el telediario español me hizo recordar un grupo del que hace un tiempo no sabía.
En Junio salió a la venta la nueva entrega de Eels, yo en cuanto me enteré corrí como enano en celo al ordenador, que por mi parte tengo medio desordenado, a buscar el disco.
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