Las tenemos levantadas hacia el señor

Faltan unas horas.
No sabemos lo que va a pasar, pero sí sabemos de los más chuscos datos que empiezan a hacerse públicas.

El país acaba de publicar un listado con los requerimientos más extravagantes de las selecciones que estarán en Sudáfrica 2010, por supuesto nuestros representantes no se podían quedar atrás en este listado del ridículo, un rubro en el que como nación no nos cansamos de pelear por el primer lugar.
Entre las jerigonzas de las selecciones están las de los italianos, que con su hábito malsano de comer sémola con aceite y salsa, han llevado cientos de kilos de pasta hasta las tierras mundialistas.
Los argentinos no se quedaron atrás, con su incomprensible requerimiento de tener en el hotel una heladería que funcione las 24 horas del día. (Quizá los pupilos de Maradona no sabían que las temperaturas más altas en SA no pasaran de los 17 grados). El D10S, además pidió explícitamente 6 PS3, para que se entretengan los jóvenes astros (que, de una vez apuesto, son mis favoritos para llevarse la copa).
Y por supuesto, la nota la tenía que poner el Tri de México (y no nos referimos al que tiene hijas que arrollan peatones) que directamente desde las tierras guadalupanas se llevó un sacerdote católico para que les echara todas las porras posibles en la perpetua esperanza de no perder en octavos de final.
No es de extrañar que busquemos apoyo del diosito de los oprimidos y de los humillados, si hasta el papá de Pavel Pardo, Norberto Rivera, ha dedicado la homilía dominical en la catedral metropolitana para que nuestro señor se ponga del lado de los nuestros.
No se nos quita de la cabeza que si logramos ganar un juego será por obra y gracia de Juan Dieguito no nato, con sus bigotes ralos y su camisa manchada de rosas sangrando.
No se nos quita de la cabeza que si perdemos, será lo que dios quiera.

Pero en alterofilia (sin hache) no todo comentario es amargueitor, de verdad esperamos que ganen nuestros ratoncitos. Y para festejarlo ya estamos enfriando las cervezas y partiendo huevos (para el desayuno).
No es que seamos anticristianos, es solo que nuestra religión es otra.