Vivencias de un ratón en el exilio

Vivencias de un ratón en el exilio
(reporte malagueño del México 2 EUA 1)

El primer obstáculo fue hallar cómo ver la transmisión. Mi locación en un supuesto puerto turístico de primer mundo (que para nada lo es) me hizo buscar en internet la transmisión mexicana del fútbol. ¿Televisa? ¿TV Azteca? La nostalgia me impide juicios políticos sobre los medios en el país. Vi un tiempo en cada una de las televisorsotas. El caso es que en mi chauvinismo de un mes de vida me compré mi six de coronas en el súper (por la miserable cantidad de 30 pesos por cerveza) y me dispuse a ver el fut en la comodidad de mi lap, y con mi notebook.
La transmisión, en un principio, me hizo recordar casa no tanto por lo visto, sino por lo que escuché de boca de los comentaristas.
Rescaté algunas expresiones de estos poetas atrapados en el cuerpo de un comentarista deportivo:

“Mi cuauh, eres el señorón de la cancha” -Jorge Pietrasanta
“La profundidad es básica para todo, para todo!” -J. Pietrasanta
“Hácesela, Hácesela papá” -C. Espejel

Mi lamento fue por no escuchar al vate entre los vates del cronismo deportivo, al perro Bermúdez.
Mi lamento también fue no poder comprar barrilitos de cerveza, no encontrar frijoles, ni salsa valentina, ni jalapeños pa los frijoles, ni ir al ángel a orinar las rejas que sobre Reforma, a la altura del número 305, privan a los mexicanos todo el año, de atravesar la calle más mexicana (aunque en realidad sea obra de Maximiliano) que hay en la capirucha. Ya verán en diciembre.

Al final 2-1. Curiosísimo para mí, en Mexicalpan nunca me da por ver el fut. Ahora ha valido la pena.

¿Qué soy un mamón porque apenas un mes de ausencia me genera nostalgia?
Puede que sí, que sí lo sea.

¿Qué si hay algo que reconocerle a Javier Aguirre?
Que siete años en España no le cambiaron el acento como al dentista de la sonrisa de un campeón. Incluso siendo de ascendencia vasca.

¿Qué si Cuauhtemoc es como los buenos vinos?
Por su pollo frito. Larga vida a San Temo.