Manuel López Cotilla nació y murió en Guadalajara, Jal. (1800-1861).
Huérfano de padre a los 15 años y casada su madre en segundas nupcias, abandonó su casa y se dedicó, en situación muy precaria, a aprender dibujo y matemáticas.
Huérfano de padre a los 15 años y casada su madre en segundas nupcias, abandonó su casa y se dedicó, en situación muy precaria, a aprender dibujo y matemáticas.
Es uno de los educadores más importantes de Jalisco. Tras la concreción de la independencia de México, el Estado en conflicto aún en varios temas con la iglesia católica, debió hacerse cargo de la fundamental (y fundacional) tarea educativa estatal. Es por esto que el gobierno de Jalisco lo nombró Benemérito del Estado, el aytto de Guadalajara, Fundador de la Instrucción primaria en el estado.
En 1861 muere por causa de una tuberculosis cuyos males arrastraba desde su juventud; una leyenda en su epitafio dice: “Los restos mortales de un pecador arrepentido, esperan aquí la resurrección de la carne”, un grafiti en la escultura que le honra en el Paseo de la Reforma dice, “Fue el Estado”.
El grafiti no sería relevante si no nos trajera los ecos de todos los educadores a los que el Estado ha dado la espalda, desde los comienzos del esfuerzo de López Cotilla por conseguir recursos para arrancar con el proyecto de educación primaria para todos los mexicanos, ricos o pobres; hasta la larga guerra sucia que mantiene el sistema democrático mexicano contra los grupos políticos formados en las escuelas Normales o bien la utilización del magisterio como instrumento político histórico de acción o de coerción.
Este 22 de julio se cumplirán 219 años desde el nacimiento de López Cotilla; también se estarán cumpliendo casi 5 años de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa; un episodio en el que se palpa la incompetencia del gobierno federal para armar una investigación medianamente decente sobre los hechos, en el que se corrobora la infame colaboración del gobierno municipal con las poderosas bandas de crimen organizado cuyo alcance es más amplio que el de las autoridades mismas; un episodio en el que hemos visto cómo poco a poco se diluye la indignación en el devenir de la vida diaria de un país en el que desaparecen todos los días 15 personas.
Nota:
La estatua está en Paseo de la Reforma casi esquina con Milán, es parte del paseo escultórico de la avenida entre la glorieta del Ángel y la glorieta de Peralvillo. Hoy en día el conjunto se integra por 77 esculturas de bronce y un excelente sitio con información detallada lo pueden encontrar aquí.
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