8.1.14

Payasos en la lavadora

Ahora casi todos los culpables estamos convencidos de que la gente son sencillamente extras, actores sin frase pagados por el Estado para rellenar, para conseguir que las calles de mi ciudad parezcan habitables, para hacernos más llevadera la vida a los que, por alguna razón, nos hemos equivocado alguna vez. De ahí su mirada despreocupada, su risa fácil. Hay que tener cuidado, porque poco a poco van confiándose, pisando más fuerte, hablando más alto, parándose delante de los escaparates; lentamente van perdiendo el miedo y de pronto un día te miran y te hablan, y se atreven a responderte, a opinar, a dictar sentencia.

- Alex de la Iglesia

Payasos en la Lavadora, 107

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