22.7.10
El día que Disney secuestró a SNL
Grown Ups es la última entrega de Happy Madison Productions (la compañía productora de Adam Sandler). La historia va de un grupo de amigos de la infancia que, tras la muerte del coach-mentor del equipo de básquetbol al que todos pertenecían, se reúnen en su pueblo natal y pasan un fin de semana con sus familias en una casa de lago.
Grown Ups es el más reciente caso de una película en la que la invitación que sugiere el reparto choca completamente con la trama de la película y en la que la decepción de quienes medio conocemos la trayectoria de este reparto se vuelve insostenible.
Y es que una película con gente como Adam Sandler, David Spade, Chris Rock, Maya Rudolph, Kevin James e incluso los cameos de Tim Meadows y Steve Buscemi, invita ya desde el cartel a encontrarnos con una sátira ingeniosa y agridulce. Todo lo contrario.
El filme se vuelve una apología de los lugares comunes de la familia norteamericana (incluida la celebración del 4 de julio y la niñera extranjera cuidando mocosos rubios) y de las ganas que tenemos el resto del mundo (según ellos) de parecernos a ese guión color de rosa que anhelamos concretar.
Los momentos de humor, pensando que eso es lo que intentaban, son casi nulos y los pocos que hay son absolutamente sosos. No solo predecibles sino incluso mal elaborados.
Y no es que en alterofilia (sin hache) seamos unos amargados que no creen en la felicidad familiar y menos en la individual, es solamente que veníamos encantados con lo que venía haciendo Adam Sandler en los últimos años (con la clara excepción de Zohan), sobre todo en las excelentes variaciones no cómicas de sus filmes (Punch Drunk Love y Funny People), y resulta que ahora nos sale con este engendro salido de la antisemita imaginería de Disney y con los pies tan pesados como para escapar de las críticas de las personas con al menos dos dedos de frente.
No es que estemos amargados, es sólo que no nos empalagamos de felicidad cuando nos venden la idea de que la madurez de un cómico significa simpleza.
Lo sentimos pero no sudamos miel, nuestros mocos no son de dulce y nuestra mierda no sabe a cajeta.
21.7.10
El inspector Bellamy
En la sala, a mitad de la película un matrimonio salió medio aburrido y medio decepcionado. ¿Habrán pensado que era una comedia ligera?
El Inspector Bellamy es un drama policial francés con el acento en este último adjetivo.
Un exquisito Depardieu y un irritante personaje interpretado por Clovis Cornillac dan vida a esta historia tan fuera de lo común y tan fuera del foco de atención del espectador.
Un hombre intentando engañar a la compañía de seguros (el sueño de todo hombre de mediana edad) y un par de hermanos reconociéndose en una etapa importante de sus respectivas vidas, dan el fuelle del filme.
Un matrimonio impecable. Un delincuente enamorado y una podóloga de cuestionable fama. Un dentista casado con un cirujano. Una esposa en pleno segundo aire. Un enamorado del vino y la vida fácil, y la mala suerte.
¿Qué más?
Ah claro, la dirección de Claude Chabrol.
El Inspector Bellamy es un drama policial francés con el acento en este último adjetivo.
Un exquisito Depardieu y un irritante personaje interpretado por Clovis Cornillac dan vida a esta historia tan fuera de lo común y tan fuera del foco de atención del espectador.
Un hombre intentando engañar a la compañía de seguros (el sueño de todo hombre de mediana edad) y un par de hermanos reconociéndose en una etapa importante de sus respectivas vidas, dan el fuelle del filme.
Un matrimonio impecable. Un delincuente enamorado y una podóloga de cuestionable fama. Un dentista casado con un cirujano. Una esposa en pleno segundo aire. Un enamorado del vino y la vida fácil, y la mala suerte.
¿Qué más?
Ah claro, la dirección de Claude Chabrol.
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